Hace poco leí un artículo muy interesante sobre la soledad. Creo recordar que era Santi Vila quien decía que, si era elegida, la soledad tenía sentido y era gozosa, pero, de lo contrario, dolía mucho.
Las administraciones públicas de algún país están llevando a cabo la experiencia de reunir a personas que se encuentran solas para dar un paseo o una charla, jugar a las cartas, etc. Es muy buena idea, incluso creo que algún ayuntamiento catalán ya está ensayando esta iniciativa.
Sin duda somos seres sociables y, además, necesitamos contactar con los demás para gozar de un equilibrio mental y emocional. Necesitamos pertenecer a un grupo y, de hecho, uno de los castigos más duros para una persona consiste en apartarla del colectivo al que pertenece. Y no hablo de las redes sociales, que considero que no logran ese objetivo, sino que, como mucho, sirven para sentirnos “acompañados”, en el sentido más edulcorado de la palabra, pero no llenan el vacío de la persona que se encuentra sola.
En Assadegam, justamente, potenciamos los encuentros entre los miembros de los diferentes grupos de ayuda mutua, se hacen amistades, a veces organizamos comidas o salidas de fines de semana, e incluso se han formado parejas entre socios.
En 2018, a través de los presupuestos participativos, Assadegam y otras asociaciones de salud mental conseguimos que nos destinaran un local en el barrio de Volpelleres. Es cierto que las obras de acondicionamiento que realiza el Ayuntamiento de Sant Cugat se están retrasando, pero todo llegará. Es importante disponer de este local porque nos permitiría reunirnos para organizar charlas, juegos de mesa y otras actividades dirigidas a socializarnos y aliviar la soledad que pesa sobre muchas personas afectadas de ansiedad y depresión. Será una terapia muy buena para la gente que se siente muy sola.
Antonio Fermoso